miércoles, 22 de junio de 2011

EL 15M SIN LIDER REVOLUCIONARIO


Decir que el movimiento 15M no sigue las directrices de ningún partido político es un voto de confianza para los que seguimos la causa del movimiento. Huir de la burocratización en el movimiento es un paso agigantado para demostrar a los poderes que sin papeles buscamos cambios y luchamos por objetivos. Abrazar el romanticismo revolucionario no deja de ser bonito pero peligroso a la vez en el siglo XXI con una sociedad adormecida en la lucha de valores, engañada por una clase política falsa y corrupta, una sociedad que demanda soluciones, soluciones rápidas, aquellas que llevan años esperando y ningún sistema de poder ha sido capaz de ofrecerles, si nos apoyamos al romanticismo revolucionario para llevar a cabo la victoria del movimiento 15M deberíamos empezar por un principio revolucionario que a lo largo de la historia todas las revoluciones han tenido: Un lider.
Un líder que proponga, que haga de portavoz de las masas sociales, un lider con capacidad de convencer a los más indecisos, un líder de palabra y con palabra, un líder mártir de los medios de comunicación, carne fresca para el diario la razón, abc o interconomía, un líder que alze la voz y grite revolución. Un líder con capacidad de negociación, por que si algún día la revolución sale victoriosa, habrá que negociar, nos quedará negociar con el poder, enseñar nuestras bases, nuestro mundo mejor, y no se negocia en twitter ni en facebook, la clase alta negocia en palacio.
Todos tenemos nuestro pensamiento revolucionario, nuestra propia lucha social para mejorar y cambiar el rumbo de nuestras vidas, nuestro ideario, pero el individualismo lo único que conseguirá es la derrota singular, el cansancio, mientras que la lucha colectiva con un mismo ideario nos acercará al triunfo o a la derrota colectiva, pero unidos llegaremos a un mismo fin. Derrota o victoria, dá igual, pero unamos nuestras voces en un mismo grito y bajo un mismo ideario impulsado por un lider que nos represente, ellos no nos representan, pero la representación es posible dentro del movimiento.
No reinventemos las revoluciones, pues hace tiempo que se inventaron. No reinventemos las manifestaciones y concentraciones y las convirtamos en No violencia, pues toda manifestación y concentración es un acto en sí de violencia contra los que quieren acallarnos, la revolución ímplicitamente viene acompañada de violencia por que gritar al poder es un acto de violencia para las clases más altas.
Busquemos un líder, que este aparezca, que nos una en caso de desunión, un líder que llame, convezcay obedezca al pueblo y que marque el camino consensuado de la victoria de los pueblos.
COLOLIN by dani morillo